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Mensajes - Eos Oblivion

Páginas: [1]
1
Gracias!

2
Me pide contraseña! Podrías pasarla?

3
Muchas gracias! Veo que sí, que da bastantes problemas jajaja espero tu respuesta! ^-^

4
Traducciones y Proyectos / La Pesadilla Turca (Fix XP) [Finalizado]
« en: Julio 28, 2016, 23:00:04 pm »
Buenas muy buenas a todos! Escribo para comentarles que descargué de este sitio el juego "La Pesadilla Turca" (o Byzantine: The Betrayal), en cuya descripción se aclara que anda en Windows XP y con algunos problemas en Windows 98. Yo tengo Windows 7, y a través de Virtual PC tengo 98 y XP. Sin embargo, he probado en ambos (¡hasta incluso en el Windows 7!), pero no logré hacerlo andar. En Windows 98, sin saber cómo, arrancó, pero todo se veía terriblemente acelerado y no podía acomodarlo. En Windows XP ni siquiera arrancaba: cuando hacía doble click en el icono del juego, aparecía un cartel que decía algo sobre DirectDraw (estoy en el trabajo, así que no recuerdo el mensaje exacto) y volvía al escritorio. La verdad es que me gustaría que los que hayan podido jugarlo me digan lo que puedo hacer para que ande bien. Muchas gracias!

5
Análisis y Guías / Alfred Pelrock: En Busca de un Sueño [Análisis]
« en: Agosto 16, 2015, 04:16:44 am »
ALFRED PELROCK:
EN BUSCA DE UN SUEÑO
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Lo Mejor
•   Afortunadamente, no lo tuve que comprar

Lo Peor
•   Desafortunadamente, lo tuve que jugar
•   Gráficamente patético
•   Interfaz incomodísima
•   Historia ridícula
•   Jugar con el personaje principal más idiota del mundo
•   Y el resto de los personajes, ni te cuento…
•   Comedia, a nivel bajo 0
•   Entretenimiento nulo de principio a fin
•   El rompecabezas
•   El “acertijo” del “sabio”

En la industria del entretenimiento hay grandes injusticias. Dentro del mundo de los videojuegos hay muchísimos ejemplos. Los más grandes que se me ocurren: la saga Mother y Terranigma, dentro del género RPG; Sanitarium y Toonstruck (del cual está mi análisis en este foro), en el género de las aventuras gráficas. Y nos da bronca ver que productos tan buenos, tan entretenidos y tan bien hechos sean relegados a la oscuridad absoluta, al olvido más profundo. Pasa mucho, sobre todo, con el abandoware.

 A los fanáticos de los videojuegos viejos (como yo) nos encanta encontrar juegos que aparentemente nadie conoce, porque estamos seguros que siempre vamos a encontrar alguna maravilla olvidada. De todas formas, uno tiene que ser justo, ya que así como podemos encontrar ese tipo de sorpresas, también encontramos otros que no lo son. O sea, videojuegos que han sido olvidados con justicia. Y ese es el caso del juego que voy a analizar a continuación.  Un videojuego que parece haber hecho TODO para que nadie lo recuerde. No me gusta dejar muy en claro en la introducción lo que voy a decir en el análisis, pero esto me supera: Alfred Pelrock En Busca de un Sueño es tan malo, tan aburrido y tan estúpido que no puedo disimular mi opinión de él. Algunas veces no entendemos por qué hay juegos que son olvidados; otros, como este, nos hacen agradecer que así sea.


ARGUMENTO

 La primera señal que tuve de que este juego iba a ser lo que es fue en la misma introducción. Salvando los asquerosos dibujos y las pésimas actuaciones de voz (por cierto, y gracias al cielo, las únicas en todo el juego), los cuales voy a analizar más adelante, la trama se revela, de entrada, como una idiotez. Estamos en el Egipto Antiguo; la princesa está en la cama con un esclavo a los besos, aprovechando que su padre, el faraón, se encuentra en campaña. Cuando están cerca de concretar el acto sexual (ni sueñen que esto es sexy), el tarro de compota humano que es el faraón entra furioso en la habitación, descubriendo a su hija y al esclavo, que intentan sin fortuna explicar que esto, obviamente, no es lo que parece. Entonces el faraón condena al esclavo a la “Máquina Angelical” (con ese nombre no parece muy malvada; sin embargo el pibe se va pidiendo piedad), y a su hija, a quedar encerrada en una pirámide para siempre. La princesa, desesperada, pide ayuda y…en ese momento, Alfred Pelrock, nuestro ¿héroe?, se despierta del sueño. Sin embargo, siente que fue muy real, y está convencido de que es un mensaje para ir a Egipto y salvar a la princesa, aún cuando está encerrada en una pirámide desde hace 3000 años ¿Qué bárbaro, no?

 Se habrán dado cuenta de la enorme estupidez que es esta trama. Y por si fuera poco, no mejora NI UN POQUITO a medida que vamos avanzando. Lo peor de todo es el intento desesperado de los programadores de hacer un juego cómico al estilo Monkey Island (incluso, robando descaradamente un chiste de Monkey Island II) mezclado con Leisure Suit Larry, y fracasan de manera escandalosa. Apenas si hay chistes que hacen reír, bah, por lo menos sonreír un poquito. Lo que consiguieron es un juego aburridísimo, que no incita nunca a seguir y que deja una sensación de haber perdido el tiempo desde el momento en que decidimos ponernos a jugar. Un ejemplo de lo absolutamente inoperante que es este juego cuando quiere ser gracioso, es el supuesto acertijo del sabio en Egipto; para conseguir un girasol (¡qué premio, por Dios! Tomen nota si quieren hacer un programa de concursos) tenemos que contestar una pregunta “filosófica” que el sabio hace. Pero podemos estar HORAS contestando las mismas opciones una y otra vez hasta que por arte de magia el forro nos dice que resolvimos el problema. Y no es lo único que se resuelve de la nada en este juego.

 Para colmo, si no bastaba con un protagonista que representa la forma más gráfica de explicar la palabra “pelotudo”, el resto de los personajes son una bazofia total. No hay ni un solo personaje aunque sea mínimamente construido; todos son figurantes que sólo sirven para hacer chistes idiotas o decirte de la manera más evidente posible lo que hay que hacer. En conclusión, una historia sin sentido llevada por personajes con menos personalidad que un potus, da como resultado una tomadura de pelo de acá a Saturno y un bodrio monumental.


ASPECTOS TECNICOS

 La primera señal que tuve de que este juego iba a ser lo que es fue en la…ah, ya lo dije, perdón, pero bueno, hay que volver a la intro para empezar a hablar de los gráficos. Los dibujos son ESPANTOSOS. Yo no soy buen dibujante, de hecho, ni siquiera soy un dibujante mínimamente decente, y es por esa razón que no me dedico al dibujo ¿¿¡¡Por qué no le hicieron entender eso al que dibujó estas cosas!!?? Y encima, cuando pasamos de la introducción al juego en sí, la cosa no mejora ni en lo más mínimo. Hay muchas cosas que pueden haber sido hechas con el Paint en el mejor de los casos, y las características de los personajes demuestran el poco esfuerzo que se hizo en este juego. Es como si no les importara, como si se hubiesen metido en la cabeza que había que hacer un juego sí o sí y empezaron a dibujar garabatos, para luego ponerlos en el juego sin siquiera pensar si eran medianamente pasables. Basta nomás mirar a Alfred: un tubo naranja (que vendría a ser el pelo, obvio), una cabeza con más mentón que rostro y un cuerpo escuálido y desproporcionado, que cuando camina parece David Byrne bailando Once in a Lifetime (https://www.youtube.com/watch?v=I1wg1DNHbNU)

 Y si con los gráficos y la historia parece suficiente ¡NO, NO ES SUFICIENTE! El sonido es una porquería también. Lo único de agradecer con respecto al sonido es que el juego solo tiene voces en la introducción: si hubiese voces in game que fueran tan malas, tan asquerosas y sobre todo, tan OBVIAMENTE grabadas en cualquier lado con un grabador cualquiera, cosa que se nota Y MUCHO por el sonido berreta que tienen, los poquísimos puntos que este juego ya tiene para mí habrían descendido hasta zonas insospechadas. Pero lamentablemente, el resto sigue en la onda del juego: es un desastre. La música, si bien no es TAN mala, es repetitiva en el aspecto más literal que se puede pensar (o sea, las melodías son tan cortitas, que cuando terminan de reproducirse en el escenario al que pertenecen, se hace un breve instante de silencio y vuelven a arrancar; algunas melodías duran sólo segundos). Y los otros sonidos que encontramos en el juego están, la mayoría, en el menú, un menú que sirve también como inventario; allí, cuando picamos en uno de los objetos se reproducirá un sonido que lo “representa” (?).

 
JUGABILIDAD

 ¿Se pensaban que acá iba a mejorar? No, se está por poner peor, señoras y señores. Los movimientos de Alfred son insufriblemente lentos y no hay forma de, por ejemplo, saltar rápido de escenario a escenario. El point ‘n’ click en esta aventura no sirve de gran cosa. Está el sistema de íconos: unos lentes (mirar), una mano (agarrar), una llave (abrir), una cerradura (cerrar) y una nube de diálogo (hablar). Pero para ver estas opciones, primero el cursor debe cambiar y convertirse en un signo de pregunta; tras eso, hay que hacer click y mantener pulsado, para que aparezcan estas opciones. Los objetos, como comenté en el análisis de The Gene Machine donde también pasaba esto, no se pueden arrastrar desde el inventario, y si tenemos que darle algo a alguien no podremos hacerlo de la forma tradicional: tendremos que hablar con la persona en cuestión y en el diálogo, Alfred entregará el objeto. Todo esto da como resultado una interfaz de lo más engorrosa, incómoda…y encima, combinar objetos es imposible, y para los libros y objetos que hay que examinar o leer, el sistema es terriblemente confuso, y el inventario, que aparece a veces, suele salirse constantemente, haciendo casi imposible seleccionar un objeto. La forma más fácil es hacerlo desde el menú, una mecánica horrenda y agotadoramente repetitiva. Hay otro detalle más. Si dejan a Alfred quieto y no hacen nada por un rato, notarán que de la nada el escenario se deforma y se convierte en un rompecabezas y para seguir jugando hay que armarlo. Totalmente innecesario y horrible. Hay una forma de saltarse esta cosa, pero no estoy muy seguro de cómo: simplemente me ponía a apretar el Esc y a hacer clicks aleatorios hasta que aparecía el menú y podía salir del rompecabezas ¿A qué idiota puede ocurrírsele que esto es divertido?


DIFICULTAD Y DURACIÓN

 Una cosa es segura: cuando absolutamente todo está en contra del jugador, y encima porque las mecánicas del juego son patéticas, jugarlo se convierte en una travesía de frustración y enojo. Lo peor de todo, es que no tiene más dificultad que la que te dan los innumerables problemas de programación y la interfaz impresentable con la que fue creado. No voy a decir que es un juego híper fácil; tiene un poco de dificultad, pero no demasiada. Un aventurero experto no tendrá problemas en terminarlo en un par de horas. Y se puede estirar más, pero sólo por todo lo que hablé antes. Y es bastante corto. Eso es algo muy bueno, ya que no se si habría logrado aguantar semejante baldazo de estupidez mucho tiempo más.


COMENTARIO FINAL Y VALORACIÓN

 Les juro, les juro de verdad que lo jugué hasta el final ¿Por qué aclaro esto? Porque estuve buscando con toda la fe aunque sea UN momento digno, tal vez con la inútil ilusión de que en algún pasaje el juego empezaría a mejorar. Pero no; más me acercaba al final, menos me gustaba. No sé por qué seguí, ya que cuando estaba más o menos por la mitad esta cosa ya me había asqueado bastante. Pero así somos los fanáticos de las aventuras gráficas, sabemos que más adelante puede aparecer un reto genial, que nos devuelva las ganas de seguir jugando. No es este el caso. Si ya desde la introducción el juego es vomitivo, y después de un rato de jugar la sensación no mejora, sino que empeora, no hay forma que pueda tener una opinión positiva. Una historia que no tiene ni pies ni cabeza, una jugabilidad insoportablemente incómoda, personajes aburridísimos…un cóctel perfecto para el tedio y la frustración. Alfred Pelrock: En Busca de un Sueño sirve sólo como curiosidad de colección. Por lo demás, no merece absolutamente ningún reconocimiento, salvo como una de las aventuras gráficas más feas que he jugado.


CALIFICACIÓN FINAL: 1

6
THE GENE MACHINE:
LA GRAN AVENTURA BRITÁNICA

Lo Mejor

•   Algunos momentos graciosos
•   Las burlas a la sociedad inglesa de la época victoriana
•   La representación de la Reina Victoria
•   La opción de aumentar la velocidad de movimiento del personaje


Lo Peor

•   Esos momentos graciosos no son tantos como deberían
•   Esas burlas son tan insistentes que hacen dudar de si son chistes
•   Personajes poco carismáticos
•   Jugabilidad lenta e inventario confuso
•   El doblaje, malísimo
•   Música repetitiva y aburrida
•   El final

Los argentinos, gracias a los comportamientos de algunos de nuestros más despreciables compatriotas, somos tenidos como el máximo ejemplo de arrogancia en todas partes del mundo. Aún así, hay otro país que históricamente llevó esta característica en sus venas durante siglos: Inglaterra. Es cierto; Gran Bretaña fue, en su época de oro (la época victoriana), el imperio más importante del mundo. Ese status de potencia mundial le dio a los ingleses un aire de superioridad que se mantiene aún hoy, cuando ya ha sido desplazado y hace mucho de ese lugar. Ni su sociedad ni sus mandatarios han podido ni querido aceptar el hecho de que ya no son el ejemplo a seguir.

 Eso es lo que este juego nos quiere mostrar a modo de una gran parodia. Ubicándose en la época de esplendor del Imperio Británico (al estilo del disco Arthur Or The Decline and Fall of British Empire, de The Kinks), satiriza constantemente con aquel sentimiento de superioridad con el resto del mundo, a través de un personaje de clase acomodada y su sirviente, que se embarcan en una aventura para salvar al mundo y, todavía más importante, a su país. Esperemos llegar a la hora del té.


ARGUMENTO

 Piers Featherstonehaugh (aunque por alguna razón se pronuncia “Fanshaw”) es un hombre de mundo: en su última aventura, recorrió Estados Unidos (ellos le dicen América, pero yo no, jum) como agente de la Reina Victoria, y ahora está de regreso a Inglaterra. Lo acompaña su criado, un auténtico barril humano, llamado Mossop. Pero cuando llegan se enteran que no tendrán descanso. Ni bien entran a la casa, con ellos se mete un gato que habla, llamado Setenta y Tres; el gato les explica que él es la prueba viviente de los experimentos de un científico loco, llamado Doctor Dinsey, que desde su laboratorio (ubicado en una isla que no aparece en los mapas) ha inventado una máquina genética que mezcla especies para conseguir monstruosas criaturas, con las cuales planea dominar el mundo. Pero Piers, más preocupado porque el gato no puede pronunciar bien su apellido, al principio es reacio a hacerse cargo de esta misión. Entonces Setenta y Tres lo amenaza, diciéndole que le encomendará todo a otro aventurero, Kingpeace, eterno rival de Piers. Herido en su orgullo, Piers acepta, y así comienza una nueva aventura para este fiel caballero de la Corona, para impedir que el mundo sea arrasado por las horribles criaturas del Doctor Dinsey. Pero para eso deberá averiguar dónde está la isla y conseguir un barco.

 Hay una verdad que se va aclarando a medida que uno va jugando The Gene Machine: la trama es sólo una escusa para los chistes ácidos sobre la sociedad inglesa y su arrogancia. Con esto no estoy queriendo decir que la historia es mala. Lo cierto es que no es una historia que no hayamos visto ya, pero viendo que absolutamente todos los personajes tienen algo que permite hacer una crítica, se hace evidente que el verdadero objetivo de los programadores era mofarse un poquito de los ingleses. Hay algunos chistes durante el juego que son muy graciosos y otros no tanto. La mayoría son chistes de tinte clasista que se dan entre Piers y Mossop (casi siempre, con Piers recordándole a Mossop que es un ser inferior a él), y es ahí donde el humor del juego no termina de convencerme: se insiste tanto con este tipo de bromas que me hacen dudar de si REALMENTE se planearon así (es obvio que sí, pero es una apreciación personal, ya que generalmente no me caen bien este tipo de chistes). Pero de todas formas, hay buenos momentos de risa. A mí particularmente, me hicieron mucha gracia las constantes referencias literarias (sobre todo de la ciencia-ficción de Julio Verne y otros) y la charla con la Reina Victoria.


ASPECTOS TÉCNICOS

 Lo mejor de los gráficos son sin duda las locaciones, sobre todo la reconstrucción de Londres, muy cuidada. Los fondos tienen muchos y lindos detalles, pero les falta un poco de vida. Además, es tremendamente fácil encontrar los objetos en estos fondos, ya que no hay ningún filtro ni nada que disimule un poco la obviedad de que fueron hechos por separado, con lo cual dentro de un escenario con grandes detalles en los fondos de golpe se ve algo que sobresale: con ese objeto se puede interactuar. Por el lado de los personajes, sus diseños son, simplemente, correctos. Aunque en el caso de Piers, cuando está de frente, parece como si sus piernas estuviesen hechas de cartón, por la forma extraña en que camina, totalmente diferente a cuando camina hacia un lado. Las animaciones no son muchas, salvo en Piers y Mossop que cuentan con algunas, pero en momentos muy específicos del juego. Por último en el tema gráficos están las breves escenas cinemáticas, de las cuales hay de dos tipos: en dibujos animados y en un primitivo 3D. Las cinemáticas en 3D son simpáticas (no se le puede pedir mucho para la época) y de entre todas ellas resaltan por mucho las del viaje a la luna. Las de dibujos animados no son tan agraciadas; de hecho, diría que no son para nada buenas, ni parecen tener un gran esmero puesto en ellas.

 En el campo del sonido están algunos de los fallos más grandes de este juego. Primero, tenemos una banda sonora aburridísima, totalmente repetitiva, que no pega en casi ninguna situación y con una cantidad de melodías mínima en todo el juego, ya que durante el mismo algunas se repiten hasta el hartazgo. Y por si fuera poco, The Gene Machine cuenta con uno de los doblajes españoles más espantosos que haya oído. No me tiembla al pulso al afirmar que en este juego pueden encontrarse algunas de las voces más unidimensionales, absolutamente inexpresivas (o ridículamente exageradas) y sin sentido del ritmo que jamás se han grabado para un videojuego. La voz de Piers, un bodrio (que el protagonista principal del juego tenga una voz que no tenga NI UN SOLO matiz ni emoción, da una pauta para no encariñarse mucho con él); la de Mossop, asquerosa (el actor que lo interpretó evidentemente no sabe lo que son los signos de puntuación); la de Mirabella, la prometida de Piers, tan insoportablemente chillona como ella; la de Setenta y Tres, sobreactuada hasta dar pena…tal vez, el único protagonista con una voz decente sea el Profesor Tripple y alguno más que no sea TAN malo. Lo demás, horrible.


JUGABILIDAD

 Esta es otra aventura point ‘n’ click, interfaz que no necesita explicación. De todas maneras, el juego también tiene algunos problemas aquí. Para empezar, lo engorroso de los controles: si queremos mirar un objeto, debemos clickearlo, esperar que en la esquina inferior salga un menú con el recuadro de un ojo y picar en él. Esto no es nada extraño, pero el problema está en que las acciones que se pueden realizar dependen de este menú. Lo cual quiere decir lo siguiente: nada de arrastrar un objeto desde el inventario para usarlo con algo (tanto dentro como fuera del inventario), lo que hay que hacer es seleccionar el objeto en el inventario y ver las opciones que nos da. Aquí aparece un extraño comando llamado “Sitio” (?), que vendría a ser lo mismo que “usar” o “combinar” y sólo con este comando podemos utilizar objetos entre sí. Este sistema, que habrá sido creado con la idea de facilitarle las cosas al jugador, logra absolutamente lo contrario: es terriblemente confuso, y es un punto muy pero muy malo porque hay muchas cosas para hacer dentro del inventario. No es para nada intuitivo y les provocará dolores de cabeza. Y a eso, súmenle que tiene un bug: en un acertijo en primera persona, debemos utilizar un objeto…pero el inventario no se abre. Personalmente, busqué todo tipo de soluciones, pero nada me funcionó y me vi obligado a usar una partida guardada para pasar ese error.

 El mismo menú a veces conspira contra el jugador, ya que aparece solo cuando llevamos el cursor hacia parte inferior de la pantalla. Incluso, hasta tiene otro bug (por lo menos, en la versión que yo tengo, ojalá no sea en todas) que hace que cuando uno quiera guardar una partida se pase varios minutos picando en el ícono de salvar (para lo cual, hay que entrar una y otra vez a través del menú para hacerlo) sin que este se abra, hasta que después de un rato reacciona. De todos modos, hay algo dentro de la interfaz que es súper útil y para agradecer un rato largo: la opción de aumentar la velocidad de movimientos. Agradezco esto porque los movimientos de los personajes son LEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEENTOS a más no poder. Son como los movimientos de los personajes de Los Archivos Secretos de Sherlock Holmes: El Caso de la Rosa Tatuada, pero un poco más irritantes. Por suerte, aumentando la velocidad en el menú, este problema se resuelve.


DIFICULTAD Y DURACIÓN

 En cuanto a la duración, la justa, ni más ni menos. No es ni extremadamente corto (como Les Manley, otro de mis análisis) ni extremadamente largo. Está en la mitad y yo creo que la historia no daba para mucha más longitud. Y con respecto a la dificultad, lo que complica el juego es lo que expliqué en la parte de la jugabilidad. Por lo demás, no es tan complicado: la mayoría de las cosas que hay que hacer son muy lógicas, otras son bastante obvias, lo cual nos hará todo mucho más fácil. La mayor queja con respecto a esta sección del análisis es el final: anticlimático es la palabra que mejor le queda. Algunos dirán “vacío”, y tampoco le queda mal. Simplemente, una cortísima cinemática de dibujos animados, y se terminó.


COMENTARIO FINAL Y VALORACIÓN

 El final de este juego es justamente una demostración de lo que es todo el producto: un constante sube y baja. The Gene Machine tiene momentos muy divertidos, que desembocan en momentos muy aburridos, los cuales llevan a otros momentos entretenidos, y estos últimos nos van arrastrando a los últimos momentos aburridos, y cuando parece que los momentos divertidos vuelven, tenemos el final, aburrido. Así es todo el juego. Sin embargo, aunque pareciera lo contrario, no lo odio. Tengo que aceptar que tiene su pequeño encanto. No es ni por asomo uno de los juegos que voy a recordar con más cariño en mi vida, tiene cosas que son imperdonables. Pero de vez en cuando, logró sacarme algunas risas, y voy a ser sincero al decir que entretiene lo suficiente como para aguantarse las malas voces y el lunático inventario. Aún así, tiene muchas cosas que no me gustaron y que me impidieron disfrutarlo más. Lo cortés no quita lo valiente: The Gene Machine no será una aventura gráfica que pasará a la Historia por tener enormes virtudes, pero sin duda es un videojuego que cumple con su cometido principal; burlarse del Imperio Británico y su sociedad. Lo demás, ni fu ni fa. La primera vez que lo jugué (hace algunos años) no pude soportarlo; sólo jugué un ratito y lo saqué. Ahora, que le volví a dar otra oportunidad, le descubrí pequeños detalles que antes no aprecié y que lograron que sea bastante más benévolo con la calificación final. Cumple con lo suyo y punto.

CALIFICACIÓN FINAL: 6
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7
Análisis y Guías / Toonstruck [Análisis]
« en: Agosto 14, 2015, 03:04:29 am »
TOONSTRUCK
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LO MEJOR
   Diversión asegurada por horas y horas
   Una maravilla audiovisual
   Actuación brillante de Christopher Lloyd como Andrés Truido
   Doblaje y traducción magistrales
   La búsqueda de los objetos para el Contentificador
   Jugabilidad cómoda e intuitiva

LO PEOR
   Incomprensiblemente, no tuvo éxito en su época y pasó sin pena ni gloria

¿Nunca les ha pasado que leen un libro o ven una película o serie que ya tiene muchos años, y les parece espectacular? ¿No les pasó de preguntarse “por qué no lo leí/no la vi antes”? Bueno, con los juegos, aunque no siempre, también pasa. Y es lo que me pasó a mí con Toonstruck. Y no lo digo sólo como un amante de las aventuras gráficas. Voy a tratar de no extenderme demasiado con esta reseña, porque este juego me gusta tanto que si me dejo llevar, voy a terminar escribiendo cualquier cosa. Amigos y amigas, prepárense para recibir un torrente de baba de Elías Ocampo, alias Eos Oblivion, que hoy les va a contar sobre una de las mayores injusticias del mundo de los videojuegos: que este juego no tenga la fama y el prestigio que merece sin ningún tipo de duda.

ARGUMENTO
 Andrés Truído es un dibujante amargado y aburrido. La pegó con su dibujo infantil Fluffy Fluffy Bun Bun, una conejita tierna en su mundo lleno de amiguitos felices. Pero la verdad es que Andrés odia profundamente a esta creación: su favorito siempre será Flux Tarambana. Lástima que ese show no tuvo apoyo. Y encima, llega tarde a una reunión con su jefe, quien en tono dictatorial le pide que, por el décimo aniversario de Fluffy Fluffy Bun Bun, le agregue más conejitos a la serie y le traiga los bocetos a primera hora. Desesperado, Andrés trata de concentrarse en su deber, pero termina durmiéndose. De repente, se despierta por un trueno y ve que en la tele están pasando a la empalagosa conejita y su show a las 4 de la madrugada. Pero al intentar apagar el televisor, el aparato lo atrapa y Andrés queda metido en el mundo de los dibujos animados. Allí se encuentra con su amigo Flux, con quien se dirige al castillo de Contentilandia, para pedir ayuda al Rey Hugo y poder volver al mundo real. Pero el rey tiene otros planes; así sabemos que el gobernador de Malevolandia, el Conde Nefastus, tiene una máquina llamada Malificador, que como su nombre indica, convierte a todo lo lindo y tierno en demoníaco y oscuro. Por lo tanto, el trato es el siguiente: el rey ayudará a Andrés a volver, pero primero Andrés y Flux deberán ocuparse de impedir que Nefastus cumpla con su plan. Para ello, hay que construir un Contentificador, una máquina que haga el efecto contrario. Y para eso necesitamos 12 objetos ¡Que empiece la aventura!
 No hay que dejarse engañar por el aspecto infantil de la trama y del juego mismo: Toonstruck no tiene NADA de infantil. Tal vez, esa sea la razón por la que este juego pasó casi desapercibido. Pero lo cierto es que sus formas son muy cómicas y siempre recuerdan a los buenos tiempos de los dibujos animados. Y encima, Andrés Truido es nada más ni nada menos que Christopher Lloyd (no, no me refiero a la voz de Lloyd: ¡ÉL es el personaje!), lo cual es una atracción para los locos de lo retro. Y qué decir: está FE-NO-ME-NAL en este papel.
 Una cosa que para muchos genera mayor dificultad, pero que para mí dio un mayor disfrute, es que la búsqueda de los 12 objetos para el Contentificador es un delirio, ya que no tenemos pistas de QUÉ ES exactamente lo que estamos buscando. En ningún momento te dicen dónde hay que buscar, o qué objeto específicamente; hay que darse cuenta uno mismo, por deducción. Una vez que se logra armar el Contentificador, uno se da cuenta que en realidad hay sólo UNA pista al respecto, y ahí todo cobra sentido. Lo bueno es que esta búsqueda estrafalaria es, probablemente, una de las más divertidas e hilarantes que he jugado jamás. Un deleite absoluto: para muchos, no tener pistas hace que todo se caiga a pedazos, pero en este caso, es justamente el pie para todo tipo de situaciones que te harán morir de la risa.
 Y después están, por supuesto, los fantásticos personajes, que no sólo nos dan todo tipo de información útil y “misiones extra”, sino que además le agregan su encanto y nos provocarán una infinidad de carcajadas. Desde el mayordomo pie (“¡Flux, mira! ¡Creo que es un callo!”), pasando por los sapos panaderos Donato y Milito (más su hermano Renato, desaparecido él), a la, o sea, geométricamente voluptuosa Victoria Luquina, el cuidapájaros, L.B. Feroz, la insoportablemente melosa Fluffy Fluffy Bun Bun, el queso vasco-escocés, los hilarantes Malasombra y Malaidea…no podría contar todas las veces que he llorado de la risa con estos personajes. No hay ningún personaje que no aporte nada, todos serán útiles, o bien por la información que necesitamos, o bien porque nos harán estallar en constantes carcajadas.


ASPECTOS TÉCNICOS
 Tengo que admitirlo: a pesar de ser un juego de 1996, Toonstruck debe ser uno de los más cuidados en aspectos técnicos que he jugado, por lo menos dentro de las aventuras gráficas. No sólo el hecho de que Christopher Lloyd está integrado de manera magistral en los escenarios (si hasta realmente parece que tocara a los dibujos animados), y que las escenas cinemáticas están desarrolladas con maestría total, sino que hay algunos aspectos que son muy poco comunes y que tienen que ver con un compromiso absoluto con este proyecto. Me refiero, por ejemplo, a los doblajes y la traducción. En el idioma original, el reparto de voces cuenta con estrellas como Tim Curry, Dan Castellaneta o Ben Stein. Generalmente, sabiendo algo así uno desearía con toda su alma conseguir una versión de este juego con las voces originales y subtitulado al español, pero es imposible: o todo en inglés o todo en español. Y como los doblajes de juegos son en español de España, a muchos ya los pone mal. Pero he aquí una sorpresa: el doblaje de Toonstruck es, junto al de Monkey Island III, el mejor que haya visto. Y es aquí donde también entra la traducción. Todos saben que al pasar del inglés al español, hay chistes que se pierden. En el caso de este juego, se han esmerado en que esto no pase, cambiando algunas partes para que en español siga teniendo el sentido que los programadores buscaban. Incluso, se cambió el plano del Malificador para que el acertijo de buscar los 12 objetos correctos se pueda resolver. Para nada común en la producción de videojuegos, por lo menos en aquella época, en la que la industria de los videojuegos no era tan grande como hoy.
 Y si de cosas buenas hablamos, también está todo el apartado sonoro. Como ya dije, los doblajes son geniales, pero además la música es una delicia total. Maravillosas, sensacionales, fabulosas melodías que pegan perfecto con cada situación, dándole más vida al mundo de Toonstruck. Y hay también infinidad de sonidos, de ambiente y demás. Hasta inclusive, un detalle muy entretenido. Cuando uno juega una aventura gráfica y se atasca, en su desesperación empieza a probar todo con todo, sólo para escuchar al personaje repetir miles de veces frases como “no puedo hacer eso” o “no puedo usar esas dos cosas juntas”, lo que le agrega más bronca al jugador. En Toonstruck, si uno empieza a hacer algo así, Andrés Truido no nos dirá ninguna de esas frases, sino que sonará un “ruido tonto” que nos indicará que lo que estamos haciendo no tiene sentido.


JUGABILIDAD
 Es un point ‘n’ click clásico, con el sistema de Broken Sword: el cursor es una mano, que cambiará su movimiento según la acción que podamos hacer, como por ejemplo, convertirse en una boca para indicarnos que podemos hablar con un personaje. Incluso, para no tener que “perder tiempo” en caminatas, podemos pasar de pantalla a pantalla de manera automática haciendo click derecho en la dirección a la que nos queremos dirigir. Una cosa que me encanta de este juego (¡otra más!) es el sistema de diálogos. En algunas aventuras gráficas, cuando hablamos con personajes nos sale una serie de posibles frases para decir. En este caso, cuando hablamos con un personaje nos aparecerán dos íconos en la parte inferior de la pantalla: una mano (que es para cortar con la conversación) y un bloque de hielo…para romper el hielo, obvio. A medida que hablamos, el hielo se va a ir derritiendo hasta quedar hecho un charco, y en ese momento, se activan nuevas opciones de diálogo. Estupendo. Por lo demás, en nuestro inventario tendremos muchos objetos, que tarde o temprano vamos a usar, sobre todo durante la búsqueda de los objetos para el Contentificador. Todo sirve para algo.


DIFICULTAD Y DURACIÓN
 Toonstruck es un enorme acertijo todo el tiempo. Por eso aclaraba antes lo de no dejarse engañar por el aspecto infantil: es un juego largo (consta de 2 CD’s) y considerablemente difícil. En general, los acertijos tienen bastante lógica, y sólo recuerdo uno que me haya hecho enojar y mucho por ser muy difícil (en el disco 2, ya se lo van a encontrar). De todas formas, su dificultad no disminuye su calidad, sino que todo lo contrario: no es este el caso de un juego que se hace odiar por ser difícil, y créanme que los hay y mucho. El primer disco es sensacional; un ritmo magnífico, montones de locaciones que visitar, muchos personajes para conversar, chiste tras chiste, carcajada tras carcajada, y sobre todo, buenos puzzles. En el segundo disco el juego baja un poco la intensidad, pero nunca perdiendo esa magia que lo hace tan disfrutable. Lo único malo: lamentablemente, para este juego se pensaba una secuela, y el final (que no es malo, de todas formas) es una obvia referencia a ello. Lástima que esa secuela nunca llegó: el juego fue un auténtico fracaso comercial, pasó sin pena ni gloria y los enormes esfuerzos de la compañía Burst (desarrolladores del juego) no fueron suficientes para que tuviésemos una continuación.



COMENTARIO FINAL Y VALORACIÓN
 De algo estoy seguro: nunca me voy a cansar de hablar bien de este juego. Con respecto a lo último que dije en la sección anterior, yo personalmente no quiero una secuela: Toonstruck hay uno solo. Yo se que ha habido gente que quiso hacer una secuela de forma amateur y hasta algunos que piden una con la tecnología actual. Esta última opción me aterra, ya que se arruinaría el concepto original. Así como está, es como tiene que ser. Y por si no quedó del todo claro, lo digo ahora: Toonstruck es una maravilla, un juego casi perfecto, y sin ninguna duda, uno de los mejores que he jugado en toda mi vida. Pocas veces me he descostillado tanto de la risa como con él, y he disfrutado tanto que una vez terminado, lo volví a jugar un par de veces más. Cuando uno hace eso, es porque realmente la pasó bien. Pero para muchos, si algo te gusta mucho, tenés que pedir que haya una secuela. No es el caso. Jamás pediría una secuela de este juego, JAMÁS. Y esta reseña no es para pedirla, sino para hacer lo que tendría que convertirse en un deber para todos los que amamos este juego: hacerlo conocido de todas las maneras posibles, para darle, aunque sea hoy, a casi 20 años de haber salido al mercado, un poco de la fama que se merece con creces.


CALIFICACIÓN FINAL: 10

8
Análisis y Guías / Les Manley in: Lost in L.A. [Análisis]
« en: Agosto 14, 2015, 02:29:22 am »
LES MANLEY: LOST IN L.A.


LO MEJOR
   Los constantes chistes al mundo del cine y los videojuegos
   La jugabilidad sencillísima, pero efectiva
   Entretenido y llevadero
   No tiene pretensiones

LO PEOR
   Las filmaciones de los actores
   Los horripilantes fotomontajes
   Música repetitiva
   Dificultad prácticamente nula
   Cortísimo


 Hace ya muchísimo tiempo desde la última vez que escribí una reseña sobre un videojuego. Hoy, aprovechando que estoy de vacaciones y, encima, enfermo, se me ocurrió que era un buen momento para volver a escribir una. Todo el que conoce mis gustos en lo que a videojuegos se trata sabe que mi género favorito es el de las aventuras gráficas, y que de hecho colecciono estos juegos, la mayoría de los cuales son difíciles (sino casi imposibles) de conseguir, porque son muy viejos o bien ya no atraen a la gente. Pues bien, de esa colección de aventuras gráficas saco de la galera este pequeño experimento del año 1992, cuando todavía los juegos venían en disquetes. Sí, así de viejo (aunque más joven que yo, que nací dos años antes, pero la edad de los videojuegos es como la de los perros: un juego del año ’92 es casi prehistórico). Allí vamos ¡Conozcan al único hombre que en medio de la frivolidad de Hollywood viste imperturbable su camisita blanca y su ridículo moñito rojo: LES MANLEY!

ARGUMENTO
 ¡Ahh, Los Ángeles! Tierra de los famosos de Hollywood…o así sería, si no fuera que desde hace un tiempo, todas las estrellas del cine están desapareciendo. Las bulliciosas calles de Hollwood y sus barrios pacatos están vacíos. Helmut Bean, el hombre más pequeño del mundo, y LaFonda Turner, una rubia despampanante (¡si no, no sería Los Ángeles!) se encuentran tranquilos en la casa de este, que llama a su viejo amigo Les Manley para invitarlo a pasar por Los Ángeles. Mientras Helmut habla con su Les, LaFonda se va a la pileta a nadar, por supuesto, desnuda…cuando es atacada y secuestrada, con Helmut y todo. A Les, que no le convencía del todo viajar a Hollywood, ya no le queda alternativa. Debe ir y averiguar qué le pasó a Helmut, y de paso, a todas las demás estrellas que han desaparecido sin dejar rastro.
 Como ven, la trama es bastante simple. Pero no hay que desanimarse. Si este juego tiene una virtud es su humor. No será para muchos el videojuego más gracioso que hayan jugado, pero sus incontables burlas a las películas y actores más famosos, e incluso al mismo mundo de los videojuegos (hasta una burla de los programadores hacia el mismo juego) harán sacar algunas buenas carcajadas. Por supuesto, estamos en Los Ángeles, por lo que no vamos a encontrar muchos personajes…pensantes, si así lo quieren decir. Un guardavida con demasiado músculo para muy poco cerebro (¿guiño a Baywatch?), mujeres fisicoculturistas, turistas cholulos a más no poder, un cirujano plástico tan famoso como las estrellas que pasan por su bisturí…no hay gran cantidad de personajes, pero casi todos tienen alguna línea que te va a hacer reír un poco. Lo cierto es que no hay que esperar un juego con gran profundidad: Lost In L.A.es un videojuego que no se toma absolutamente nada en serio, que es una constante parodia. Por lo tanto, si pensabas que este es un juego con una trama detectivesca al mejor estilo de Sherlock Holmes, estás en el lugar equivocado. Esto es una auténtica pantomima de una investigación seria.

ASPECTOS TÉCNICOS
 En cuestión de gráficos,  siempre hay que ser coherente y ubicarse en el contexto del juego. Estamos en el año 1992. No existían ni por asomo los gráficos hiperrealistas de hoy en día. Y por supuesto, no existía el HD. Se preguntarán por qué esta última aclaración. La respuesta es que hay algunos personajes que son personas reales, filmadas en fondo verde y puestas en el juego. Esta técnica, que se puso muy de moda por aquellos años sobre todo en las aventuras gráficas, es el método conocido por los amantes de este género como FMV (Full Motion Video). Obviamente, por cuestiones técnicas que tienen que ver con el año en que se creó el juego y que no había todavía tecnología suficiente que aguantara video profesional en un videojuego, los montajes de los actores que interpretaron a algunos de los personajes son realmente poco afortunados. Bah, son bastante malos, no hay con qué darle. Se nota mucho la falta de un buen presupuesto con respecto a esto, ya que en realidad lo que se ponen son fotos, ni siquiera video: esto quiere decir que si estamos viendo a personajes que son actores reales en el juego y alguno de estos tiene que moverse (aunque sea, girar la cabeza hacia un lado), lo que vamos a ver es una foto del actor en una posición A que pasa automáticamente a una posición B, para dar la sensación de movimiento. Y ni hablar de algunos “fotomontajes”. Si el juego es divertido por sus constantes chistes, también lo es por algunos de esos momentos, sobre todo uno promediando el final, que uno no sabe si reírse o sentir pena. No se le puede pedir mucho, eran otros tiempos. Por lo demás, los gráficos recuerdan a juegos de Sierra On-Line, como la saga Leisure Suit Larry, de la cual este juego ha bebido muchísimo.
 Una de las cosas que menos me gustó es el campo del sonido, y es que hay muy pocas melodías, y las que hay (todas en calidad MIDI), más allá de ser buenas, se tornan muy repetitivas al poco tiempo de jugar. Además, no hay ningún otro tipo de sonido en el juego: sólo las mismas melodías una y otra vez.

JUGABILIDAD
 Como la mayoría de las aventuras gráficas, esta es un juego point ‘n’ click, totalmente manejado con el mouse. Picamos en un lugar y Les irá hacia allí. En este juego, no hay muchas opciones de control de personaje: cuando el cursor tiene forma de signo de pregunta es cuando haremos la mayoría de las cosas. Generalmente, en otras aventuras gráficas el signo de pregunta equivaldría a una opción como “mirar” o “examinar”. En este caso, si el cursor es un signo de pregunta y hacemos click, se abrirá una ventana en la parte inferior de la pantalla que nos mostrará las opciones que podemos elegir para ese objeto o persona. Al principio, es un poco extraño, pero uno se acostumbra rápido y a partir de allí se juega normalmente. Como en toda aventura gráfica, hablar con los personajes es vital, para conseguir información o en todo caso, para saber a dónde dirigirnos o qué debemos hacer a continuación.
 Por supuesto, como es habitual en este género, hay que recoger objetos. Nunca llevaremos muchos, pero todos sirven en algún momento. Eso hace las cosas un poco más fáciles. En el final hay un momento en que deberás tener sumo cuidado con los objetos o no podrás terminar el juego, pero lo que hay que hacer es bastante lógico y se darán cuenta en seguida.


DIFICULTAD Y DURACIÓN
 Y aquí se acabó lo bueno. Tal vez, a alguien que no esté acostumbrado a este tipo de juego (o directamente nunca haya jugado una aventura gráfica) le pueda costar un poco más, pero la realidad es que no podría ser más fácil. Ni siquiera las posibilidades de perder (pocas, pero las hay) hacen que este juego pueda significar un reto para alguien, ya que todo lo que hay que hacer es sumamente lógico y no hay acertijos de ningún tipo para resolver. Y encima, como ya intuirán, es increíblemente corto. Dura un suspiro: en una hora, quizás menos, se puede terminar con total tranquilidad. Podría decirse que lo más complicado que tiene el juego está en la mitad del mismo, cuando te piden un código de seguridad con unas imágenes que tenés que imprimir y recortar (esto no es algo para hacer en el juego, tenés que hacerlo vos en persona: era común en estos juegos de esa época, era una forma de seguridad, aunque esta vez se pasaron), pero ni eso, ya que ese problema se soluciona, lamentablemente, usando un archivo que te deja pasar esa parte a partir de un juego guardado, la única solución posible a menos que realmente quieras imprimir las imágenes y armar el código. Una verdadera decepción y un error imperdonable.

COMENTARIO FINAL Y VALORACIÓN
 Creo que esta reseña ha sido tan corta como el mismo juego. Muy probablemente. Lo cierto es que, a pesar de su ínfima duración y su casi inexistente dificultad, es un juego que no tuvo pretensiones de ningún tipo, más que entretener. Y es justamente lo que logra. Sus chascarrillos cinéfilos y sus burlas en general a la sociedad frívola y concheta de la farándula hollywoodense, sacan risas de vez en cuando, y por lo menos uno pasa un buen rato. Un rato cortísimo, es cierto, pero bueno en fin. Hasta se le pueden perdonar esas filmaciones baratas y esos fotomontajes asquerosos, porque hasta eso le da un toque gracioso. En fin, Les Manley: Lost In L.A. es un juego simpático, hecho para pasar el rato. Con sus pros y sus contras, es un buen juego para recomendarle a alguien que no tiene ganas de pasarse horas pensando un acertijo bien complicado o tener que resolver docenas de cosas para llegar a lo que uno realmente debe hacer (cosa que nos encanta a los fanáticos de este género) y que prefiere un divertimento más sencillo y rápido. Es un juego que tuvo buenas intenciones y se quedó ahí. Pero a veces, lo bizarro es lo que más nos divierte. No lo podemos negar.

CALIFICACIÓN FINAL: 7

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