Autor Tema: Toonstruck [Análisis]  (Leído 3803 veces)

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Desconectado Eos Oblivion

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Toonstruck [Análisis]
« en: Agosto 14, 2015, 03:04:29 am »
TOONSTRUCK
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LO MEJOR
   Diversión asegurada por horas y horas
   Una maravilla audiovisual
   Actuación brillante de Christopher Lloyd como Andrés Truido
   Doblaje y traducción magistrales
   La búsqueda de los objetos para el Contentificador
   Jugabilidad cómoda e intuitiva

LO PEOR
   Incomprensiblemente, no tuvo éxito en su época y pasó sin pena ni gloria

¿Nunca les ha pasado que leen un libro o ven una película o serie que ya tiene muchos años, y les parece espectacular? ¿No les pasó de preguntarse “por qué no lo leí/no la vi antes”? Bueno, con los juegos, aunque no siempre, también pasa. Y es lo que me pasó a mí con Toonstruck. Y no lo digo sólo como un amante de las aventuras gráficas. Voy a tratar de no extenderme demasiado con esta reseña, porque este juego me gusta tanto que si me dejo llevar, voy a terminar escribiendo cualquier cosa. Amigos y amigas, prepárense para recibir un torrente de baba de Elías Ocampo, alias Eos Oblivion, que hoy les va a contar sobre una de las mayores injusticias del mundo de los videojuegos: que este juego no tenga la fama y el prestigio que merece sin ningún tipo de duda.

ARGUMENTO
 Andrés Truído es un dibujante amargado y aburrido. La pegó con su dibujo infantil Fluffy Fluffy Bun Bun, una conejita tierna en su mundo lleno de amiguitos felices. Pero la verdad es que Andrés odia profundamente a esta creación: su favorito siempre será Flux Tarambana. Lástima que ese show no tuvo apoyo. Y encima, llega tarde a una reunión con su jefe, quien en tono dictatorial le pide que, por el décimo aniversario de Fluffy Fluffy Bun Bun, le agregue más conejitos a la serie y le traiga los bocetos a primera hora. Desesperado, Andrés trata de concentrarse en su deber, pero termina durmiéndose. De repente, se despierta por un trueno y ve que en la tele están pasando a la empalagosa conejita y su show a las 4 de la madrugada. Pero al intentar apagar el televisor, el aparato lo atrapa y Andrés queda metido en el mundo de los dibujos animados. Allí se encuentra con su amigo Flux, con quien se dirige al castillo de Contentilandia, para pedir ayuda al Rey Hugo y poder volver al mundo real. Pero el rey tiene otros planes; así sabemos que el gobernador de Malevolandia, el Conde Nefastus, tiene una máquina llamada Malificador, que como su nombre indica, convierte a todo lo lindo y tierno en demoníaco y oscuro. Por lo tanto, el trato es el siguiente: el rey ayudará a Andrés a volver, pero primero Andrés y Flux deberán ocuparse de impedir que Nefastus cumpla con su plan. Para ello, hay que construir un Contentificador, una máquina que haga el efecto contrario. Y para eso necesitamos 12 objetos ¡Que empiece la aventura!
 No hay que dejarse engañar por el aspecto infantil de la trama y del juego mismo: Toonstruck no tiene NADA de infantil. Tal vez, esa sea la razón por la que este juego pasó casi desapercibido. Pero lo cierto es que sus formas son muy cómicas y siempre recuerdan a los buenos tiempos de los dibujos animados. Y encima, Andrés Truido es nada más ni nada menos que Christopher Lloyd (no, no me refiero a la voz de Lloyd: ¡ÉL es el personaje!), lo cual es una atracción para los locos de lo retro. Y qué decir: está FE-NO-ME-NAL en este papel.
 Una cosa que para muchos genera mayor dificultad, pero que para mí dio un mayor disfrute, es que la búsqueda de los 12 objetos para el Contentificador es un delirio, ya que no tenemos pistas de QUÉ ES exactamente lo que estamos buscando. En ningún momento te dicen dónde hay que buscar, o qué objeto específicamente; hay que darse cuenta uno mismo, por deducción. Una vez que se logra armar el Contentificador, uno se da cuenta que en realidad hay sólo UNA pista al respecto, y ahí todo cobra sentido. Lo bueno es que esta búsqueda estrafalaria es, probablemente, una de las más divertidas e hilarantes que he jugado jamás. Un deleite absoluto: para muchos, no tener pistas hace que todo se caiga a pedazos, pero en este caso, es justamente el pie para todo tipo de situaciones que te harán morir de la risa.
 Y después están, por supuesto, los fantásticos personajes, que no sólo nos dan todo tipo de información útil y “misiones extra”, sino que además le agregan su encanto y nos provocarán una infinidad de carcajadas. Desde el mayordomo pie (“¡Flux, mira! ¡Creo que es un callo!”), pasando por los sapos panaderos Donato y Milito (más su hermano Renato, desaparecido él), a la, o sea, geométricamente voluptuosa Victoria Luquina, el cuidapájaros, L.B. Feroz, la insoportablemente melosa Fluffy Fluffy Bun Bun, el queso vasco-escocés, los hilarantes Malasombra y Malaidea…no podría contar todas las veces que he llorado de la risa con estos personajes. No hay ningún personaje que no aporte nada, todos serán útiles, o bien por la información que necesitamos, o bien porque nos harán estallar en constantes carcajadas.


ASPECTOS TÉCNICOS
 Tengo que admitirlo: a pesar de ser un juego de 1996, Toonstruck debe ser uno de los más cuidados en aspectos técnicos que he jugado, por lo menos dentro de las aventuras gráficas. No sólo el hecho de que Christopher Lloyd está integrado de manera magistral en los escenarios (si hasta realmente parece que tocara a los dibujos animados), y que las escenas cinemáticas están desarrolladas con maestría total, sino que hay algunos aspectos que son muy poco comunes y que tienen que ver con un compromiso absoluto con este proyecto. Me refiero, por ejemplo, a los doblajes y la traducción. En el idioma original, el reparto de voces cuenta con estrellas como Tim Curry, Dan Castellaneta o Ben Stein. Generalmente, sabiendo algo así uno desearía con toda su alma conseguir una versión de este juego con las voces originales y subtitulado al español, pero es imposible: o todo en inglés o todo en español. Y como los doblajes de juegos son en español de España, a muchos ya los pone mal. Pero he aquí una sorpresa: el doblaje de Toonstruck es, junto al de Monkey Island III, el mejor que haya visto. Y es aquí donde también entra la traducción. Todos saben que al pasar del inglés al español, hay chistes que se pierden. En el caso de este juego, se han esmerado en que esto no pase, cambiando algunas partes para que en español siga teniendo el sentido que los programadores buscaban. Incluso, se cambió el plano del Malificador para que el acertijo de buscar los 12 objetos correctos se pueda resolver. Para nada común en la producción de videojuegos, por lo menos en aquella época, en la que la industria de los videojuegos no era tan grande como hoy.
 Y si de cosas buenas hablamos, también está todo el apartado sonoro. Como ya dije, los doblajes son geniales, pero además la música es una delicia total. Maravillosas, sensacionales, fabulosas melodías que pegan perfecto con cada situación, dándole más vida al mundo de Toonstruck. Y hay también infinidad de sonidos, de ambiente y demás. Hasta inclusive, un detalle muy entretenido. Cuando uno juega una aventura gráfica y se atasca, en su desesperación empieza a probar todo con todo, sólo para escuchar al personaje repetir miles de veces frases como “no puedo hacer eso” o “no puedo usar esas dos cosas juntas”, lo que le agrega más bronca al jugador. En Toonstruck, si uno empieza a hacer algo así, Andrés Truido no nos dirá ninguna de esas frases, sino que sonará un “ruido tonto” que nos indicará que lo que estamos haciendo no tiene sentido.


JUGABILIDAD
 Es un point ‘n’ click clásico, con el sistema de Broken Sword: el cursor es una mano, que cambiará su movimiento según la acción que podamos hacer, como por ejemplo, convertirse en una boca para indicarnos que podemos hablar con un personaje. Incluso, para no tener que “perder tiempo” en caminatas, podemos pasar de pantalla a pantalla de manera automática haciendo click derecho en la dirección a la que nos queremos dirigir. Una cosa que me encanta de este juego (¡otra más!) es el sistema de diálogos. En algunas aventuras gráficas, cuando hablamos con personajes nos sale una serie de posibles frases para decir. En este caso, cuando hablamos con un personaje nos aparecerán dos íconos en la parte inferior de la pantalla: una mano (que es para cortar con la conversación) y un bloque de hielo…para romper el hielo, obvio. A medida que hablamos, el hielo se va a ir derritiendo hasta quedar hecho un charco, y en ese momento, se activan nuevas opciones de diálogo. Estupendo. Por lo demás, en nuestro inventario tendremos muchos objetos, que tarde o temprano vamos a usar, sobre todo durante la búsqueda de los objetos para el Contentificador. Todo sirve para algo.


DIFICULTAD Y DURACIÓN
 Toonstruck es un enorme acertijo todo el tiempo. Por eso aclaraba antes lo de no dejarse engañar por el aspecto infantil: es un juego largo (consta de 2 CD’s) y considerablemente difícil. En general, los acertijos tienen bastante lógica, y sólo recuerdo uno que me haya hecho enojar y mucho por ser muy difícil (en el disco 2, ya se lo van a encontrar). De todas formas, su dificultad no disminuye su calidad, sino que todo lo contrario: no es este el caso de un juego que se hace odiar por ser difícil, y créanme que los hay y mucho. El primer disco es sensacional; un ritmo magnífico, montones de locaciones que visitar, muchos personajes para conversar, chiste tras chiste, carcajada tras carcajada, y sobre todo, buenos puzzles. En el segundo disco el juego baja un poco la intensidad, pero nunca perdiendo esa magia que lo hace tan disfrutable. Lo único malo: lamentablemente, para este juego se pensaba una secuela, y el final (que no es malo, de todas formas) es una obvia referencia a ello. Lástima que esa secuela nunca llegó: el juego fue un auténtico fracaso comercial, pasó sin pena ni gloria y los enormes esfuerzos de la compañía Burst (desarrolladores del juego) no fueron suficientes para que tuviésemos una continuación.



COMENTARIO FINAL Y VALORACIÓN
 De algo estoy seguro: nunca me voy a cansar de hablar bien de este juego. Con respecto a lo último que dije en la sección anterior, yo personalmente no quiero una secuela: Toonstruck hay uno solo. Yo se que ha habido gente que quiso hacer una secuela de forma amateur y hasta algunos que piden una con la tecnología actual. Esta última opción me aterra, ya que se arruinaría el concepto original. Así como está, es como tiene que ser. Y por si no quedó del todo claro, lo digo ahora: Toonstruck es una maravilla, un juego casi perfecto, y sin ninguna duda, uno de los mejores que he jugado en toda mi vida. Pocas veces me he descostillado tanto de la risa como con él, y he disfrutado tanto que una vez terminado, lo volví a jugar un par de veces más. Cuando uno hace eso, es porque realmente la pasó bien. Pero para muchos, si algo te gusta mucho, tenés que pedir que haya una secuela. No es el caso. Jamás pediría una secuela de este juego, JAMÁS. Y esta reseña no es para pedirla, sino para hacer lo que tendría que convertirse en un deber para todos los que amamos este juego: hacerlo conocido de todas las maneras posibles, para darle, aunque sea hoy, a casi 20 años de haber salido al mercado, un poco de la fama que se merece con creces.


CALIFICACIÓN FINAL: 10
« Última modificación: Agosto 14, 2015, 03:09:47 am por Eos Oblivion »