Bienvenidos a Abandonsocios: El Portal de los Juegos Antiguos
0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.
Siguiendo con la línea de hace un año felicito a Cireja su cumpleaños con alguna que otra Catilinaria más. Y es que Cicerón, haciendo uso de la elocuencia y oratoria que le caracterizaban, pronunció nada más y nada menos que cuatro discursos de innegable relevancia y trascendencia con el General Catilina como objeto de sus dardos.Precisamente el año pasado lo dejábamos en la primera de ellas, cuando Catilina era recriminado por Cicerón debido a su locura y su desenfrenada audacia. ¡Y es que el abuso del General parecía no tener fin!Las acusaciones hacia su persona por parte de los senadores que se encontraban presentes no se hicieron esperar impidiendo a éste una posible defensa. Esto provocó que pusiera pies en polvorosa cual liebrecilla, abandonando posteriormente la ciudad. Dicho momento fue aprovechado por Cicerón que, tras reunir al Senado en su totalidad, pronunció la segunda de sus Catilinarias: Oratio in Catilinam Secunda in Senatu Habita ad Populum.Un 9 de Noviembre de hace la pera de años Cicerón se mostraba orgulloso de haber destapado la conjuración del malvado y traidorzuelo Catilina. ¡Menudo punto filipino estaba hecho! Sin embargo, el peligro aún acechaba, ya que el General huidizo contaba con muchos partidarios. De esta forma, Cicerón decidió distribuir la ciudadanía en cinco clases al igual que a los insurgentes, a los que clasificó en función de su catadura moral. ¡Como los hombrecillos de "Monkey Island 2: LeChuck's Revenge"! Es que Cicerón era un visionario, no cabe duda. ¡Illa, illa, illa! ¡Cicerón maravilla!Pero si quería acabar con esta situación, tenía que poner los puntos sobre las íes y las virgulillas sobre las eñes. De esta forma advirtió que si al término del plazo alguien atentaba contra el Estado, ¡no habría clemencia!Tandem aliquando, Quirites, L. Catilinam furentem audacia, scelus anhelantem, pestem patriae nefarie molientem, vobis atque huic urbi ferro flammaque minitantem ex urbe vel eiecimus vel emisimus vel ipsum egredientem verbis prosecuti sumus.¡Cómo se vanagloriaba el bueno de Cicerón de haber echado de la ciudad al infame conspirador! El pueblo lo celebraba como si de una victoria de España en Eurovisión se tratase. No era para menos. La amenaza que hasta entonces había atenazado a sus hombres parecía diluirse cual azucarillo.Crecido por los aplausos y los vítores, Cicerón prosiguió:Ac si quis est talis, quales esse omnes oportebat, qui in hoc ipso, in quo exultat et triumphat oratio mea, me vehementer accuset, quod tam capitalem hostem non comprehenderim potius quam emiserim, non est ista mea culpa, Quirites, sed temporum.¡Olé! ¡Con dos cojones! ¡Echando balones fuera y culpando de la huida de Catilina a las circunstancias! Si es que los tienes cuadrados, Cicerón ...¿Catilina volvería y cumpliría su venganza? ¿Cicerón estaría ganando tiempo para que el denario se recuperase del batacazo en las Bolsas clásicas y así no perder votos? ¿Guybrush Threepwood haría acto de presencia ante la clase de baja catadura moral para que se unieran a su tripulación?Todo y mucho más exactamente dentro de un año coincidiendo con una nueva celebración de Cireja, que espero haya disfrutado de esta segunda entrega de "Catilina, Manlio, Cicerón y otros chicos del montón".