- En esta ocasión la historia se remonta a cuando Thorwald, rey de Thule, vuelve de uno de sus viajes cuando es atacado por un barco pirata. No pueden hacer nada ante los numerosos enemigos y son reducidos. Los piratas terminan robando el tesoro de Thorwald, y la legendaria espada Harald. Los intentos de recuperarla son en vano. Treinta años después Sigrid continúa la búsqueda, se acerca la celebración centenaria de la expulsión de los invasores saecsen (?) y las familias más poderosas presionan para obtener poder sobre los demás. Sigrid se ve obligada en una carrera contrarreloj a recuperar la espada cuanto antes y así el Capitán Trueno, junto a Crispín y Goliath, se dirige al último lugar del que tuvieron noticias sobre la espada, Almuñecar, a la espera de reunirse con Sigrid en los próximos días. Para ello tendremos que manejar al Capitán, a Crispín, Goliath y... ¡a Sigrid! (por primera vez, ella es parte activa de un juego) por Almuñécar, cuevas, barcos piratas y el mismísimo Thule.

- Con sólo ver lo anterior hay que reconocer que nos hallamos ante el mejor juego que se ha hecho del Capitán Trueno hasta el momento. Los chicos de Argos Labs han aprendido de la experiencia anterior y han mejorado notablemente los gráficos, las animaciones están muy logradas, a pesar de ciertas cabezas despegadas, el sonido sigue en la misma línea que el juego anterior, las voces siguen desentonando un poco con los personajes, sobre todo la del Capitán, pero mejor que no la hayan cambiado con respecto a la anterior aventura. Un poco peor es que algunas veces las voces, no ya no concuerden con los labios, sino que, por ejemplo, Sigrid mueva los labios cuando suena una voz masculina. Más atención al detalle para la próxima.

- Como conclusión, reitero que este es el mejor juego que se ha hecho con el personaje como protagonista, si bien se puede seguir mejorando, pero se ve que en Argos Labs comienzan a sentirse cómodos con el Capitán Trueno. Una verdadera pena que, oficiosamente, Zeta Multimedia haya anunciado que no hará más juegos propios...

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