Cireja, te hago llegar mis más sinceras y humildes felicitaciones tras haber observado al ingresar en el presente foro que tal día como hoy es en el que se festeja tan magno acontecimiento para tu persona. Soy consciente de que la algarabía, el júbilo, el bullicio, la alegría, la algazara, el alboroto y los perritos pilotos habrán sido las notas predominantes en una fecha como ésta, por lo que me alegra sobremanera ser partícipe de ello a través de medio escrito como éste.
En días como estos es cuando me acuerdo de cuando Cicerón, con la elocuencia y la oratoria que le caracterizaban, se dirigió hacia Catilina en en Senado Romano pronunciando las siguientes palabras:
Quosque tandem abutere Catilina patientia nostra?
Grandes palabras las del sabio Cicerón, que ni corto ni perezoso recriminó la actitud del general Catilina ante la atenta mirada del resto de asistentes.
Estupefacto Catilina como se encontraba tras oír estas palabras, continuó Cicerón diciendo:
Quam diu etiam furor iste tuus nos eludet, quem ad finem sese effrenata iactabit audacia?
De esta forma, pasaban a formar parte de la historia estos discursos de Cicerón en los que criticaba las tretas y artimañanas de las que el general Catilina hacía uso y abuso para conseguir lo que quería.
Espero que esta referencia histórica haya sido de tu agrado, Cireja, habiendo disfrutado de su lectura y su posterior compresión.